Toda Fraternidad ha de ser clara en su identidad y en la de sus miembros: es una asociación de personas y pequeñas comunidades, reconocida por la Orden, que encarna el carisma escolapio junto con la misma Congregación religiosa.
Esto supone que cada miembro de la misma reconoce en sí la llamada a compartir su vocación escolapia con los demás hermanos siguiendo las huellas de Calasanz.
No se trata sóllo de un discernimiento y opción individuales, sino también de un reconocimiento de que efectivamente cada persona comparte esta vocación en la Fraternidad.
El propio discernimiento y el de la comunidad se basan en una serie de elementos que conforman la vocación común y que se recogen en el nº 14 del documento de la Fraternidad:
- profundizar en la propia vocación siempre
- conocer más a fondo la persona de Jesús y su Palabra
- conocer la persona y obra de Calasanz
- orar
- participar en la eucaristía semanal preferentemente en la Comunidad cristiana escolapia
- dedicar gratuitamente un tiempo al servicio de los demás
- compartir económicamente para la misión escolapia especialmente con los más necesitados
- colaborar con las Escuelas Pías, especialmente en el ámbito vocacional
- participar activamente en la pequeña comunidad
- cultivar los vínculos con las demás comunidades de la Fraternidad
- participar en las actividades de la Fraternidad y de las Escuelas Pías
- favorecer la integración de la presencia escolapia en el entorno, en la Iglesia
- asumir como propia la misión escolapia
- animar la Comunidad cristiana escolapia
- sentirse parte de las Escuelas Pías y, por tanto, corresponsable.
Hemos de ser claros y no equivocar (llamar igual a lo que es diferente) a nadie: estos aspectos son criterios básicos de la vida y actuación de cada hermano y hermana de la Fraternidad. Son los rasgos que nos definen.
La claridad en esto hace crecer a la Fraternidad y a cada uno de sus componentes… ¡y a la Escuela Pía y a la Iglesia!
Recordamos los diez retos que estamos abordando y que trabajaremos a fondo en la I Asamblea de la Fraternidad General en Peralta en julio de 2014
1.Claridad en la identidad y funcionamiento de la Fraternidad y sus miembros.
2.Lugar real en la Demarcación donde compartir espiritualidad, vida y misión
3.Participación adecuada de los religiosos en la Fraternidad
4.Flujo de nuevas incorporaciones
5.Participación en la Fraternidad local, demarcacional y general.
PARA AVANZAR MÁS JUNTO CON LA DEMARCACIÓN ESCOLAPIA Y LA ORDEN
6.Impulso de la diversidad vocacional
7.Ministerios escolapios de forma compartida entre la Demarcación y Fraternidad
8.Modelo de presencia escolapia de todos los ámbitos en un proyecto compartido
9.Movimiento Calasanz
10.Plantear la participación en Itaka – Escolapios.