Calasanz indica tres finalidades de la misión escolapia:
- Educar para transformar la sociedad y posibilitar un mundo como Dios manda.
“La reforma de la sociedad cristiana radica en la diligente práctica de esta misión”.
- Posibilitar la felicidad del alumno a lo largo de toda su vida.
“Si desde la infancia el niño es imbuido en la Piedad y las Letras, ha de preverse, con fundamento, un feliz transcurso de toda su vida”.
- Dar gloria a Dios y ser de utilidad para el prójimo.
“Para gloria de Dios omnipotente y utilidad del prójimo” es el final de las Constituciones de Calasanz. “La razón de nuestro trabajar bien y con empeño debe ser agradar a Dios”.