Cuando seguimos percibiendo las terribles consecuencias de la pandemia que vivimos en todo el mundo, seguimos descubriendo y anunciando la solidaridad como la mejor medicina contra esta y contra todas epidemias de la humanidad (hambre, violencia, desigualdad, soledad…).
Hemos de creer, practicar, proclamar, educar en la actitud solidaria de pensar siempre en el bien común, en la necesidad que está sufriendo la otra persona, en los caminos que nos llevan a toda la humanidad a una vida mejor.