Uno de los rasgos más característicos de las comunidades cristianas es el compartir los bienes con los hermanos y, sobre todo, con los más necesitados: “Compartían sus bienes según las necesidades de cada uno” (Hechos 2, 45).
En nuestras Fraternidades hay muchas iniciativas y experiencias de este compartir económico. Uno de ellos, que configura además uno de los rasgos claros de nuestra identidad, es compartir el diezmo con los más necesitados.
Un dato que merece ser conocido: el curso pasado y en medio de la pandemia, a través de la Fundación Itaka – Escolapios que es donde la mayor parte de las Fraternidades actuales comparten su diezmo, se consiguieron más de medio millón de euros que se dedicaron íntegramente a diversos proyectos de nuestra misión escolapia con los más necesitados.
Pero no es la única forma de compartir pues tenemos otras iniciativas bien significativas de los religiosos que lo comparten todo en comunidad, los escolapios laicos, de las comunidades conjuntas, de Itaka Kutxa (préstamos internos), Itaka lan (contrataciones temporales), Opción Zaqueo (mayor compartir en grupo), presupuestos familiares contrastados en comunidad, apoyo puntal a hermanos de la comunidad… y los aportes en las campañas, etc.
La espiritualidad pasa por el bolsillo y sólo en el compartir, incluso de lo necesario, es donde nos encontramos con el Señor: “Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón” (Mateo 6,21).